Finalmente... ARGUMENTO: Emergencia Social en Salud

Finalmente... ARGUMENTO: Emergencia Social en Salud

jueves, 29 de abril de 2010

La dualidad de la emergencia....---- (Contra-argumento #1)

Quiero empezar por advertir que esta entrada será en forma de ensayo corto, pues no me parece suficiente basarlo en mis opiniones.


Aunque la Corte no lo haya declarado un "hecho sobreviniente", la situación actual con respecto a la salud sigue siendo grave. Y es un HECHO que si no se reforma -y pronto- el sistema de salud caerá en dificultades mucho más graves de las que pensamos: "las soluciones no se pueden posponer en razón al riesgo inminente de colapso financiero del sistema, que conllevaría a una interrupción o a fallas graves en la prestación del servicio." (Portafolio)
Tal vez la pregunta más precisa que encontré en los blogs es la que propone Mariana: "¿Qué pasa con los recursos y cómo se están utilizando?". Creo que todo se reduce a esto, porque plata sí hay. El problema es que no está siendo enfocada en el sector de la salud: "la crisis de la salud no pasa por ser una crisis por falta de dinero, desde que se inició el gobierno de Álvaro Uribe, el presupuesto en salud ha crecido en un 70%". (U.S.O)

Si bien concuerdo con Beatriz con respecto a una nueva propuesta para reformar el sistema de la salud en Colombia, discierno con ella y con Julian en cuanto los efectos de los decretos, pues a mi parecer no solucionaban los abusos de las EPS's. Las asociaciones de pacientes afirmaron, tras el hundimiento de los decretos: “Este tema logró unir a diversos sectores de la salud en Colombia y todos no podemos estar equivocados. Los decretos de Emergencia Social iban en contra de la vida y de la salud de los colombianos”, advirtieron. Finalmente, exigieron que la Superintendencia de Salud investigue “los abusos cometidos por las EPS en el marco de la Emergencia Social”. De hecho, algunas EPS's aprovecharon para saltarse muchas reglas y refugiarse en los decretos, cuando en realidad estaban obviando su responsabilidad.

Me parece peligroso sacar de contexto la afirmación de Jean Carlo: "¡No es posible que los intereses particulares de algunos sean los que definan el futuro de toda la población colombiana!" Por crueles que parezcan, los decretos sí buscan mantener "vivo" el sistema. De hecho, el problema de fondo es que hay más subsidiados que contribuyentes: "Además, la diferencia entre los regímenes contributivo y subsidiado y sus afiliados hace que el sistema sea inviable porque este fue diseñado bajo supuestos que a diciembre de 2009 no se han logrado cumplir" (U.S.O). Quiero tomar prestada una cita de Julián, dado que el aspecto económico no es mi fuerte sino el suyo: "los decretos dan una respuesta administrativamente prudente, la que cualquier administrador de una empresa daría en caso de un déficit de 6 billones de pesos: aumentar ingresos, mejorar eficiencia y reducir egresos".

Sin embargo, no estoy de acuerdo con catalogar los decretos como "Bien intencionados" o "de buena fe" (aunque la Corte también lo ponga en estos términos). A mi parecer, lo único rescatable de los decretos era que apuntaba a solucionar un problema real, pero esto es responsabilidad del Estado: un derecho que debemos tener, no un favor que debamos agradecer.

lunes, 26 de abril de 2010

blanco y negro Y A COLOR (Reelección: respuesta #2)

Quiero empezar refiriéndome a la reflexión de Jean Carlo, en cuanto a evitar el olvido. Pero, de hecho, creo que el enfoque va más bien al contrario. No olvidemos para que podamos ir a la finca los domingos mueren personas TODOS LOS DÍAS. Y no se trata de defender a un bando o a otro: porque en efecto mueren tanto guerrilleros y paramilitares como soldados. De hecho no estoy de acuerdo en pensar que Colombia está llegando a la paz por estos medios, y no me parece anti-patriótico aceptarlo. Es como si éste fuera el primer paso en un proceso de rehabilitación y dijéramos: "Soy colombiano, y mi país está en guerra". La pregunta es: ¿y ahora qué?---
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Precisamente por el contexto colombiano es que no me parece que la reelección sea una salida viable a los problemas que nos atañen (y, no olvidemos, siguen siendo muchos). Esto, no sólo porque nuestros gobernantes nos deberían rendir cuentas más efectivamente, sino además porque ya es hora de un cambio: llámese Verde, Petro, Liberal... En cualquier caso, sí me parece preciso enfocarse en otros problemas: más, precisamente, en los que ha dejado la guerra (la misma guerra que, no olvidemos, sigue latente).
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Recogiendo un poco lo que han dicho mis compañeros en sus blogs, creo que una buena referencia y tal vez con el que más me identifico es con Mauricio. Al leerlo, me hizo acordar que alguna vez se dijo:
Una única muerte es una tragedia. Un millón de muertes es una estadística.
Tal vez Lauren esté de acuerdo conmigo en cambiar el final por "Un millón de muertes son un millón de tragedias". En mi opinión, tenemos que dejar de pensar las vidas humanas como un número que se tabula en una gráfica, dejar de volver la guerra un asunto trivial. Es por esto que la primera meta para este país -y tal vez la más difícil de alcanzar- parece ser dejar de pensar que "el que no está conmigo, está en mi contra". El hecho de que Yenny sea uribista no la hace paramilitar, y el hecho de que Fabio no lo sea no lo hace guerrillero. No podemos ver todo en blanco y negro.
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Y, algunas otras razones que no me caben aquí...

jueves, 22 de abril de 2010

"CONTRA-argumento" #1: Reelección sin nombre.

Aunque soy una declarada anti-uribista, quiero empezar por resaltar la opinión de Jean Carlo. ((Leí los blogs de abajo para arriba, y cuando ya iba por mi apellido, había perdido esperanza de leer algo nuevo sobre el referendo reeleccionista)). Lo que me gustó de su argumentación es que toma en cuenta las posiciones contrarias y, sin embargo, sigue apoyando a su Presidente.
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PERO, empezando por las raíces de la reelección, quiero dejar claro que no estoy de acuerdo en un período presidencial de 12 años: ni para Uribe, ni para nadie. En este sentido, no encaminaré mi argumentación como Fabio o Edgar, en cuanto a que no me quiero referir a cada uno de los errores del Presidente (aunque, créanme, son muchos).
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Partiendo de aquí, una nueva visión en la que, honestamente, no me había detenido a pensar lo suficiente, es la que propone Julián. En efecto, el referendo tenía un significado trascendental en cuanto a la separación de poderes, y más aún, frente al Estado de opinión. Me quiero detener también en la opinión de Mauricio (con quien estoy de acuerdo) cuando trata el tema del poder legislativo, pues parece que no nos hemos dado cuenta de que está en nosotros cambiar el país y, más que al presidente, tenemos que dedicarle tiempo a la elección del congreso.
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Me parecen rescatables muchos de los puntos de Yenny, sobre todo porque es la única que presenta elementos positivos frente a la segunda reelección de LAS IDEAS de Uribe. Sin embargo, como lo establecí al principio, creo que el referendo va más allá del nombre del presidente. De Uribe ya lo sabemos todo: desde su trayectoria política hasta el trabajo de sus hijos; y también ya lo especulamos todo: desde sus nexos paramilitares, hasta su posible amistad con Pablo Escobar.
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El punto es que doce años en la presidencia es mucho tiempo, y ya hemos visto cómo se es fácilmente embriagado por la ambición de poder. En últimas, lo que me queda claro es que proponer cuatro años como período inicial de mandato no es algo gratuito. Es importante esta alternancia de poder, y no veo por qué nos empeñamos en pasarla por alto. Claro, algunos dirán que es muy poco tiempo para lograr cambios en un país como Colombia, pero precisamente lo que necesitamos es presionar a nuestros gobernantes: pedir que nos rindan cuentas rápida y efectivamente, y no alargar plazos a 8 y 12 años.

lunes, 19 de abril de 2010

Falacias----




Utilizar falacias puede ser considerado un irrespeto del orador hacia el auditorio, pues muchas veces lo considera ignorante e incapaz de descubrir las falencias de su argumento. Cuando un argumento se basa únicamente en una falacia no será serio ni fuerte: los argumentos se tornan inconsistentes. ¡Pero el problema es que logran convencernos! ¿En qué casos es útil- o incluso necesario- apelar a las emociones para lograr la adhesión del auditorio?

domingo, 18 de abril de 2010

Los problemas de la salud siguen. ¿Qué va a pasar?

Los recursos que la Corte mantuvo en su fallo no alcanzan para cubrir las deudas y garantizar la sostenibilidad del sistema. La corrección estructural de los problemas, con miras a evitar el colapso, tendría que hacerse vía Congreso, por iniciativa del Gobierno, de los legisladores o de la ciudadanía.


Lo que decidió la Corte Constitucional

La Corte Constitucional llegó a la conclusión de que, aunque la situación del sistema de salud es grave, no había una situación extraordinaria para que el Gobierno recurriera a la figura del Estado de Emergencia en diciembre pasado.

Por ello, los nueve magistrados coincidieron en

declarar inconstitucional 14 de los 17 decretos de la Emergencia, entre ellos
los polémicos que imponían sanciones a médicos por recetar medicamentos no
incluidos en el POS y el que contemplaba que los afiliados pudieran hacer uso de
su patrimonio y sus cesantías para el pago de tales servicios.



Sin embargo, ante la situación grave, y para evitar el colapso del sistema, la Corte decidió que tres de los decretos debían mantenerse de forma transitoria hasta el 16 de diciembre. Primero, el que ordena a departamentos y municipios girar recursos directamente a clínicas y hospitales; segundo, mantener el incremento del IVA a cerveza, licores y cigarrillos, y tercero, seguir cobrando el IVA a casinos y juegos de azar, como chance y rifas.

La Corte le pidió al Gobierno que haga una reforma integral del sistema para sacarlo de la crisis. Este debe hacerse a través de un proyecto presentado al Congreso. La reforma, según los magistrados, debe unificar los planes de salud de los más pobres (régimen subsidiado) y de los trabajadores que aportan (régimen contributivo).

La idea es que todos reciban los mismos beneficios.

sábado, 17 de abril de 2010

Matrimonio [entre parejas homosexuales] <<-------:

Para defender el matrimonio entre parejas homosexuales en Colombia, empecemos por lo clásico: el principio de igualdad. De tanto repetir el artículo 14 de la Constitución parece que hemos olvidado su sentido:
Todas las personas nacen libres e iguales ante la ley, recibirán la misma protección y trato de las autoridades y gozarán de los mismos derechos, libertades y oportunidades sin ninguna discriminación por razones de sexo, raza, origen nacional o familiar, lengua, religión, opinión política o filosófica. El Estado promoverá las condiciones para que la igualdad sea real y efectiva y adoptará medidas en favor de grupos discriminados o marginados.
A partir de esto, podemos establecer que desde la misma Constitución, se pone como prioridad la igualdad entre TODAS las personas. Es por esto que el matrimonio no debe - ni puede- ser exclusivo para las parejas heterosexuales. Es como si volviéramos al siglo XIX donde sólo los padres podían escoger con quién se iban a casar sus hijos. En este caso, el Estado no puede imponer la pareja ideal, ni limitar el matrimonio.
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Esto nos da paso a un segundo punto, donde el matrimonio entre homosexuales debería ser permitido precisamente porque la sociedad del momento nos lo pide. Independientemente si la Constitución los tuvo en cuenta o no, tenemos que leerla integralmente, siempre pensando en cuál era su objetivo: establecer como prioridad la igualdad entre todos los colombianos. Es por esto que ante la necesidad de un cambio, no nos estaríamos alejando de la Constitución, sino aplicándola a nuevas circunstancias:

Porque lo que está en juego en esas uniones es también el poder dar un significado social a sus vidas, el ponerle nombre a su convivencia, a su cotidianidad, y ponerle nombre y peso moral en consecuencia a las violencias que han sufrido. Su vida en pareja pasa a ser legítima, y la violencia, ilegítima (Julieta Lemaitre, El derecho como conjuro; 272).

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Por último, quisiera tocar el tema que concierne a la religión, precisamente para establecer que no tiene cabida en este debate. El matrimonio no es únicamente una entidad religiosa, sino ante todo legal. Porque la Iglesia Católica no esté de acuerdo, ¿significa que está mal? Al casarse, una pareja no sólo está celebrando su amor en una unión que pretende ser de por vida: el matrimonio va mucho más allá de esto. Para muchos beneficios legales en diversos campos, no es suficiente una relación, sino que se exige estar casado. Cuando prohibimos el matrimonio a parejas homosexuales, no les estamos negando un favor: estamos violando sus derechos que tienen como personas- porque ante todo, esto es lo que son.
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No me parece despectivo considerarles una minoría. En efecto, lo son, y es precisamente por esto que deben ser defendidos sus derechos con mayor fuerza. ¡Apoyemos este proyecto!

----->> Referendo [reelección]:

Aunque pareciera que el tema del referendo reeleccionista quedó enterrado en el pasado, siempre es conveniente reflexionar sobre los acontecimientos que han tenido tanto peso en decisiones que conciernen el futuro del país.
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Quisiera empezar con Maquiavelo, y su célebre expresión de


El fin justifica los medios
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Al descontextualizar esta afirmación, nos parecería común emplearla en casos específicos como el referendo reeleccionista. Pero veamos por qué esto implica una grandísima irresponsabilidad por parte nuestra...
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He oído comentarios tales como "qué Corte más cansona molestar tanto por asuntos de forma". Este es el primer punto que quiero tratar, para establecer que la forma es tan importante como el fondo. Si empezamos a pasar por alto este tipo de infracciones, ¿qué sentido tendría la expresión 'seguir el debido proceso'? El proceso del referendo implicó la violación de los topes permitidos e irregularidades en el Congreso Por lo tanto, ya desde este punto, el referendo tenía razones suficientes para ser hundido.
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Por otro lado, si bien la Corte falló en contra del referendo por motivos de forma, me parece que también el fondo es cuestionable. Independientemente si es Álvaro Uribe o cualquier otro, ¿por qué perpetuar a un único soberano en el poder? ¿Cómo concebir un mandato de 12 años? Lo valioso de la democracia es, en efecto, lo que nos afirma su raíz etimológica: demos: 'pueblo'; cratos: 'gobernar'. Y aquí quiero aclarar que, a diferencia de lo que sostiene la mayoría, me parece prudente citar una frase que alguna vez oí:

El pueblo NO es 'la mayoría'.

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En este sentido, sólo porque 'la mayoría' de las personas apoyaran la reelección, no significa que automáticamente el referendo era legítimo. El hecho de que todos nos pasemos el semáforo en rojo a las 2 a.m., ¿significa que podemos hacerlo? No podemos perder de vista que también las minorías deben ser respetadas: ellas son el punto en donde se debe concentrar todo proceso que busque modificar la Constitución. Son ellas las que deben ser defendidas. Entonces, no parece lógico afirmar que por el hecho de que 'la mayoría' de los colombianos apoyaran la reelección, era, por definición, una decisión 'democrática'.
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Recordemos que tanto la forma como el fondo van de la mano, y descuidar uno significa perjudicar el otro. No vamos a ahondar en la época de Maquiavelo, ni a discutir si sus propuestas eran lícitas o no. Pero sí tengamos en cuenta que su frase,- ya tan repetida hasta la saciedad que perdemos de vista su significado- no puede ser aplicada en nuestro caso. En efecto, los gobernantes y otros poderes NO han de estar por encima del correcto desarrollo de un proceso para conseguir sus objetivos o llevar a cabo sus planes. 500 años después de Maquiavelo no podemos seguir pensando igual que él, pues el caso específico de nuestro país, si pretende ser un Estado de derecho, exige una transparencia en temas como el referendo.
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Y es que, en últimas, la alternancia de presidente no significa cambiar un nombre, significa cambiar las ideas, focalizarse en otros problemas, cambiar un gobierno.